Rara es la película que no contenga, aunque sea sólo en un frame, una pequeña inclusión de una copa, una botella o cualquier cuestión relacionada con el mundo del vino.
Después de un fin de semana de cine y con la resaca inminente de los “Oscar”, vienen a nuestras cabezas imágenes de películas en las que el vino, aunque no ha tenido el papel protagonista, ha conseguido un papel importante y evocador.
Éste es el caso de un clásico del cine español, “Marcelino, pan y vino”, película de 1955 en la que el pequeño Marcelino llevaba mendrugos de pan y vino a una imagen de un Cristo crucificado.
Difícil de sacar de nuestras retinas es la escena de “Hanníbal”, secuela de «El Silencio de los Corderos», en la que el doctor Hanníbal Lecter, alrededor de una mesa, hace que una de sus víctimas se coma sus propios sesos con la protagonista, a quien ofrece una copa de vino para pasar el trago.
Y en 2004 aparecía en escena, y nunca mejor dicho, la película “Entre Copas”, comedia dramática estadounidense, galardonada con un Oscar a mejor guión adaptado, y que también tiene al vino como uno de sus protagonistas.
A esta lista se podrían sumar muchos más largometrajes relacionados con el vino, además de otros guiones llevados a la pequeña pantalla en forma de serie. Éste es el caso de “Gran Reserva” en cuanto al panorama nacional, y por supuesto, la mítica “Falcon Crest” que marcó una época televisiva con la historia de esta familia de viticultores californianos con la malvada Ángela Channing al frente.
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