Que sí, que somos un país vinatero y, además, no uno cualquiera. De hecho podemos estar muy orgullosos de lo que tenemos y producimos. Si en su día se habló del diseño italiano o de la tecnología alemana también escuchamos cómo a España se le asocia con el vino… aunque tendríamos que decirlo en plural, porque hay muchos y cada vez mejores. Héte aquí una radiografía de lo que somos y lo que hacemos, y en definitiva del vino en España.
Si abrimos el mapa…
Nos encontramos, nada más y nada menos, que con 954.659 hectáreas de viñedo. Y eso que hemos ido en retroceso porque en 2014 sobrepasábamos el millón de hectáreas -lo que supone alrededor de un 13% del total mundial-. Somos el país que mayor superficie dedicada a la vid tiene por delante de Francia e Italia… aunque ojito que China viene fuerte ya ha plantado casi 800 hectáreas.
En todas las comunidades autónomas de nuestro país hay viñas. Ninguna de las 17 se salva. ¿Y sabéis cuáles son las que encabezan el ranking? En primer lugar Castilla- La Mancha, que es la zona geográfica con mayor extensión del mundo dedicada al cultivo de la vid –el 49,6% del total nacional, seguida de Extremadura y Castilla y León. Le siguen Cataluña, La Rioja, Aragón, Galicia, Murcia y Andalucía.
Además de superficie…
En ese mar interminable de viñedos hay 90 zonas de producción de vinos de calidad con Denominación de Origen Protegida. De ellas 69 son Denominación de Origen, 2 son Denominaciones de Origen Calificada, 7 son Vinos de Calidad con Indicación Geográfica y 14 son vinos de Pago. Quiere decirse, que tenemos de todo. Y hay zonas que tienen un largo historial. De hecho, las primeras denominaciones que se aprobaron en España lo hicieron en 1932. Fueron Jerez, Manzanilla de San Lúcar de Barrameda, Málaga, Montilla- Moriles, Rioja, Tarragona, Priorato, Alella, Utiel- Requena, Valencia, Alicante, Ribeiro, Cariñena, Penedés, Condado de Huelva, Valdepeñas, La Mancha, Navarra y Rueda.
¿Cuántas variedades tenemos?
De la inmensa retahíla de variedades de uva que hay en el mundo –dicen que 10.000 aunque tan sólo 1.370 se utilizan para la elaboración y comercialización de vino- España tiene inventariadas del orden de 300. Ojito, que se dice pronto, ¿eh?… tres centenares de castas distintas autóctonas de España. Estamos a la altura de Portugal, con idéntica cifra, y por debajo de Francia, que con 400 variedades, se erige como país más rico en lo que a patrimonio se refiere.
De todas las nuestras la más común es la Airén (23,5%), seguida del Tempranillo (21%) y la Bobal (7,5%). Después está nuestra queridísima Caracha, Monastrell, Pardina, Macabeo y Palomino.
¿Y bodegas?
La estructura empresarial española pasa por más de 4.000 bodegas. Sí, sí. Habéis oído bien… más de 4.000. La zona que concentra un mayor número es la D.O.C. Rioja con 826 y tras ella le sigue la D.O. Cava (420), la D.O. Ribera del Duero (286), D.O. La Mancha (256), D.O. Cataluña (203), D.O. Penedés (187) y D.O. Rías Baixas (181). En Aragón tenemos un total de 141 así que ahí estamos, aportando nuestro considerable granito de uva.
De todas ellas, las principales empresas, con más de 100 millones de euros de facturación al año, se encuentran nombres como el Grupo Freixenet, J. García Carrión, Codorníu, Arco Wine Invest Group, el Grupo Domecq, Miguel Torres, Félix Solís y el Grupo Faustino. ¿Conocíais estas posiciones?.
Exportaciones
Aquí seguimos siendo unos hachas. Porque el año pasado cerramos el ejercicio con récord en exportación tanto en volumen como en valor. Y es que se comercializaron 2.396,3 millones de litros alcanzando un valor de 2.637,9 millones de euros. El precio medio, sin embargo, bajó un poquito y se situó en 1,10€/litro.
Se comercializan nuestros vinos en todo el mundo. Estados Unidos, Canadá, Holanda y México se decantan por vinos con mayor valor añadido, mientras que Francia, Alemania e Italia ganan puntos año tras año. Y China es un excelente comprador de marcas españolas aunque a precios más económicos.