Resulta que somos un equipo creativo al que, además de los colores Pantone y las campañas de publicidad, nos gusta el vino. El caso es que llevamos tiempo dedicados al tema, entre páginas web, catálogos, eventos… Y, claro, también llenando alguna que otra copa entre proyecto y proyecto. Y ahora no se nos ha ocurrido otra cosa que crear un blog para unir estas dos facetas de nuestras vidas: el diseño y los vinos.
Cuentan los expertos del mundillo que la primera botella de vino la vende el diseñador. Y la segunda el enólogo. Eso nos gusta por la parte que nos toca pero es toda una responsabilidad… Que no queremos quedarnos en esa botella que compras por la etiqueta y que en la mesa te deja como si te hubieras tomado un mosto o un vaso de vinagre, según se tercie.
Queremos encontrar el vino perfecto. Ya sea tinto, blanco o rosado. Reserva, crianza o joven. Que se adapte a cada ocasión. Que entre solo. Que te haga detenerte en el primer trago. Y en el siguiente y en el siguiente. Que conquiste la vista y todos los sentidos. Que tenga una presentación atractiva, sí, pero que el contenido esté a la altura.
Ese es nuestro propósito. Ese y descorchar una botella de vez en cuando para compartir lo que nos sugiere. Convertiremos así nuestro espacio habitual de trabajo en una especie de barrica creativa. De ahí el nombre de esta bitácora, en la que se mezclarán historia e historias del vino.
Y, para ello, emprenderemos una serie de viajes (virtuales y, por qué no, también maleta en mano) por las principales bodegas, por los encuentros donde se cuecen las novedades del sector, por las barras de los bares…
Todo esto es lo que nos beberemos y os contaremos. Todo sea por el buen vino y la creatividad. ¡Salud!
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