¿A quién no le ha pasado alguna vez? Invitados en casa, una pandilla de amigos que vienen a cenar y cuando quieres ofrecerles un vino, la gran pregunta ¿dónde está el sacacorchos? La respuesta, “ahí, en ese cajón”. Un cajón que inspeccionas de arriba abajo y en el que nunca aparece el tan ansiado sacacorchos. Un utensilio tan sencillo y simple, pero vital en ocasiones, y del que existen diferentes tipos a gusto del consumidor, que si de palanca, que si de dos tiempos… en palabrasdelvino.blogspot.com.es nos explican un amplio abanico de posibilidades.
Desde los de toda la vida como el sacacorchos de tirabuzón, palanca o también conocido como de dos tiempos, hasta el sacacorchos con alas, los sacacorchos de pared, el de láminas, el sacacorchos en “T”, a otros más sofisticados y menos comunes en las casas. Es el caso del sacacorchos con termómetro que mide la temperatura del vino, saca el aire que contenga y saca el corcho a presión; o el sacacorchos brucart de Pulltex que tiene medidor para no traspasar completamente el corcho y que no caiga ningún resto al vino. También tenemos el sacacorchos Alluminium que permite sacar el corcho sin esfuerzos y sin romperlo. Y por último, también están los automáticos a pilas.
Sacacorchos de tirabuzón:
Sacacorchos de alas:
Sacacorchos de pared:
Sacacorchos en «T»:
Sacacorchos Brucart de Pulltex:
Sacacorchos con termómetro:
Sacacorchos Alluminium:
Sacacorchos automáticos a pilas:
Pero a pesar de esta amalgama de sacacorchos, es cierto que últimamente está siendo cada vez más habitual encontrar otros métodos de cierre de botellas, que quizás antes se asociaban sólo a vinos de bajo nivel, como el tapón de rosca, pero que en la actualidad es más común encontrar en cualquier botella.
¿Será el fin del corcho y por consiguiente del sacacorchos, o sobrevivirá a estas tendencias? Sin duda ni una cosa ni la otra, la convivencia entre opciones siempre es el mejor camino.
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