Hace ya tiempo que la escena musical comenzó a enrolarse en el mundo del vino ya que muchos artistas de renombre se acercaron a él con mayor o menor implicación –y éxito-. De golpe y porrazo fuimos testigos de un aluvión incesante de bodegas y vinos que llevaban el sello de grandísimas personalidades del panorama sonoro. Vino y música se enrolaron en el mismo barco.
De repente sabíamos de la existencia de vinos firmados por Madonna, Dylan, Santana o Sting, entre otros. ¡Anda, qué curiosidad! Habrá que probarlos, ¿no?, como si fuesen un elemento más de la retahíla de merchandising de esas máquinas de hacer dinero. Pero en muchos casos el tirón se quedó tan solo en eso, en un “¡anda qué curioso!”
Tras la novedad llegaron algunos fracasos mientras que otros resistieron las embestidas del tiempo. ¿Demasiada confianza en el tirón comercial de la marca por ser de un famoso?, ¿mucho continente y poco contenido? Fuese cual fuese el devenir de esas nuevas firmas vitivinícolas resulta curioso ojear la nómina de músicos que vieron o han visto algo en el vino.
Sting tiene una bodega en la Toscana italiana – Ternutia del Palagio-; Bob Dylan presta el nombre de uno de sus trabajos a un vino –Planet Waves- en la bodega Fattoria Le Terrazze de la costa adriática; Cliff Richard tiene una finca en el Algarbe portugués llamada Adega do Cantor; también los álbumes de Madonna sirven de imagen de los vinos que elabora su padre, Tony Ciccone, en las Bodegas Ciccone; Carlos Santana, sin tener bodega propia, tiene dos vinos con su nombre y parte de las ganancias las destina a una fundación que él mismo creó; el cantante de Simply Red, Mick Hucknall, elabora Il Cantantte en Sicilia… la lista es bastante amplia.
Sin embargo hay un estilo de música -que a mí me apasiona- que también ha aterrizado en la vitivinicultura de manera masiva, afilada y potente. El heavy metal dejó de lado el “sexo, drogas y rock and roll” para rebautizarlo en wine metal.
AC/DC es la última en apuntarse a esta moda. Los hermanos Young y compañía se han enrolado en este viaje con la bodega Warburn Estate, obviamente de su país, Australia. Juntos han lanzado cuatro vinos que llevan nombre de cuatro de sus temas más aclamados: Back in black y Highway to hell, que corresponden a dos tintos, el blanco Hells bells y el dulce You shook me all night long.
El incansable frontman de Whitesnake, David Coverdale, también ha lanzado su propia marca. Lleva el nombre del grupo que fundó en 1977 con un Zinfandel como primer apellido y, encima, el propio vocalista lo describe en la etiqueta con su puño y letra. Atención: “ Es un vino artificioso, poco atrevido, lleno hasta el borde con la esencia picante de snakeyness sexy, resbaladizo… Lo recomiendo para complementar todas y cada una de las fantasías de los adultos y divertirse en un jacuzzi … ¿Es esto amor?” .
Otro de los personajes indispensables en el hard rock, el recientemente fallecido Lemmy Kilmister, vocalista de Motorhead, también se sumergió en el negocio de la vitivinicultura. Que yo sepa el veterano músico se involucró en la elaboración del tinto australiano pero no tuvo hectáreas de viñedo propias, cosa que sí le ocurre a Vince Neil, cantante de Mötley Crue. Este posee terrenos en Sonoma -California- donde trabaja las variedades Cabernet- Sauvignon, Petite Syrah, Merlot y Chardonnay en su bodega Vince Vineyards.
No tienen nada que ver los que cultivan y elaboran con los que simplemente ceden su nombre e imagen pero ahí están, abanderando vinos que no sé si serán dignos, solamente correctos o infernales. Bandas como Iron Maiden, Warrant, Deep Purple, Kiss, Rolling Stones o Queensrÿche, entre otros, también cuentan con ediciones limitadas en formato de 75 centilitros.
A partir de ahora, siempre que os mováis en la venta electrónica porque pocos vinos llegan a nuestro país, id en busca de alguna de estas botellas. Si sois amantes del vino no dejará de ser más que una curiosidad porque el líquido os sorprenderá poco. Sin embargo, si os apasiona la música seguro que ponéis las nuevas adquisiciones junto a vuestros vinilos, reproductores, guitarras y viejas entradas de conciertos.
¡¡¡Ah… subid el volumen!!!