Fernando Mora era, hasta hace muy poco, un total desconocido en el mundo del vino que ha sabido abrirse camino y llegar a convertirlo en su profesión tras una cata a la que le lleva por sorpresa su chica. Fundador junto a otros de The Garage Wine y Latidos de Vino, en breve podrá convertirse en un Master of Wine.
¿Cómo y cuándo llegas al mundo del vino?
Gran pregunta para empezar. Mi mujer, entonces novia, me lleva de sorpresa a visitar una gran bodega de la zona de Somontano con posterior curso de cata de vino. El ver una bodega por dentro y descubrir la complejidad del vino me atrapa desde el momento 0. Es un puro flechazo. Entre los vinos y la emoción de haber descubierto algo tan especial, con la euforia, le digo a mi mujer que un día viviré del vino.
¿Cuál fue el momento definitivo para que quisieras dedicarte profesionalmente a él?
Empiezo elaborando vino en casa a los 11 meses de haber estado en mi primera cata gracias a las uvas que me dona mi amigo Carlos Royo (Compañero de estudios de MBA nacido en Ainzón), utilizando entre otras cosas la bañera para controlar la temperatura y los pies de mi señora como estrujadora. En ese camino por aprender visito muchas bodegas y conozco entre otros a Mario Lopez, que desde el primer momento me abre las puertas de su casa (El futuro Garaje).
¿Y el paso por WSET?
Todos mis amigos querían que yo eligiese los vinos en las cenas, pero tenía un problema, yo sólo sabía del mío. Decido buscar una formación interesante sobre el tema y gracias a Alberto Dapena (Enoteca Kantaros) que me enseñó la globalidad del vino en uno de sus cursos de cata de vinos internacionales, encuentro una escuela en Londres, WSET, y decido enrolarme. Tres años de duro trabajo para aprender las bases de viticultura, enología, geografía de vino, negocio del vino y, sobre todo, estilos de vino, desde Oportos a Champagnes, pasando por todas las zonas vinícolas del nuevo mundo (USA, Australia….)
Cuando definitivamente te dicen que puedes ir a por el Master of Wine… ¿qué es lo primero que se te pasó por la cabeza?
Recibo un correo en el que dice que he pasado el examen de acceso y que he sido aceptado como estudiante, yo todavía no había recibido los últimos resultados del Diploma WSET pero decidí que era el momento. Hablé con mi mujer, la besé y nos fuimos a Barcelona a celebrarlo con unas botellas de vino al restaurante Shangai, os prometo que lloré de emoción. La siguiente pregunta que vino a mi cabeza fue menos romántica, cómo pagarlo.
¿Qué has sacrificado en tu vida por el vino?
El vino es mi vida, corre por mis venas y me hace sonreír cada día. He sacrificado miles de horas de estudio, he dejado mi trabajo, he renunciado a mi vida cómoda, he invertido todo mi dinero, he vuelto a empezar en un sector siendo otra vez el chico de pantalones cortos, he perdido muchas horas de mi mujer, de mis amigos, de mis padres, pero he ganado ilusión, fuerza, seguridad, pasión y sobre todo he descubierto una forma de vida completa.
¿Por qué hay tan pocas personas con el título MW? ¿Tan exigente es?
Acceder al mismo requiere de unos cuantos requisitos como experiencia en el sector, estudios previos, un examen de acceso de cata y teoría. Una vez aceptado tienes que poder pagarlo, tienes un año de estudio y un examen donde demuestras si has comprendido qué es ser MW student. Tener el tiempo disponible y decidir que vas a sacrificar casi todo por tu sueño es la clave. Al siguiente año tienes 8 exámenes en 4 días seguidos, 5 teóricos, 3 prácticos. Necesitas aprobar todos los teóricos o todos los prácticos para que se guarden para el año siguiente. Sino, vuelves a empezar. Si en 3 años no has aprobado nada, tienes que abandonar el programa.
¿Es compatible el vino con la conciliación familiar? ¿Cómo lo lleva tu chica?
Cuando hablamos de sacrificios, ambos en la pareja han de estar dispuestos a hacerlo. En mi caso, estar casi 30 semanas fuera de casa este 2016, ya sea estudiando, visitando zonas vitivinícolas o atendiendo los mercados de exportación. Mi chica es la persona que hace posible que yo persiga mi sueño, ella quiere que yo sea feliz y acepta sacrificarse, espero poder compensarle por todo este esfuerzo.
Y además, entre todo esto, te haces elaborador con un proyecto atrevido… cuéntanos (The Garage Wine y Latidos de Vino)
Latidos de Vino fue el proyecto con el que empezamos 3 amigos a introducirnos en el mundo del vino, atrayendo a gente joven al vino a través de sabores fáciles y packaging desenfadado. En 2010 arrancamos con el proyecto The Garage Wine, hoy conocido como Bodegas Frontonio. Apostamos por el territorio y las variedades autóctonas, hacemos “micro vinos” de pequeñas parcelas buscando la excelencia, la garnacha es nuestra pasión. También colaboramos en la confección y distribución de vinos de otras DO a diferentes países del mundo.
De repente pasas de ser casi anónimo a centrar buena parte de la atención mediática. ¿Cómo se lleva eso?… ¿crees que hay algo de “por el interés te quiero Andrés”?
Mi caso ha sido curioso, por la velocidad. En 2007 no sabía nada del vino, ni venía de familia vinícola ni tenía amigos relacionados con el vino. Creo que he conocido a grandes personas en este intenso camino en las que seguro que ambos nos hemos beneficiado de la relación. Está claro que siempre hay personas que se acercan por interés, pero si a ellos les sirve perfecto. Sólo espero ganarme el respeto de un sector apasionante día a día.
Cuando seas Master of Wine te saldrán muchos novios que antes no tenías ¿Estás preparado para eso?
Terminar el programa de MW es muy difícil ya que un 10% lo consigue por lo que no puedo contestar adecuadamente a la pregunta.
Háblanos de gustos personales. ¿Qué quieres de un vino?, ¿cuál es la principal virtud que valoras?
Para mí hay muchas virtudes a la hora de valorar un vino. Básicamente me interesan vinos con personalidad, que expresen la zona y al productor, vinos largos, con buena concentración, intensidad y equilibrio entre acidez y textura. Por lo general no me gustan los vinos poco sinceros, donde los aromas y sabores no reflejan lo que pone en la etiqueta.
¿Está bien tratado el vino en la restauración?
En un contexto global, el vino es una herramienta importante en la restauración, sobre todo en países como EEUU y UK donde en el segmento alto, se mantienen importantes cartas de vino y se contrata a profesionales del sector para su servicio. En el segmento medio se buscan vinos comerciales y fáciles y normalmente no hay ni grandes bodegas ni profesionales del vino. Lógicamente en el segmento más bajo, el vino es maltratado, buscando siempre el más barato y sirviendo sin criterio. En España el paradigma es curioso puesto que sólo tenemos en las cartas vinos de nuestro país, como buen país productor. Los restaurantes por norma general no pueden tener grandes bodegas ni profesionales puesto que el cliente no está dispuesto a pagar por ello. Eso no quiere decir que no se pueda crear la demanda.
Virtudes que tenemos en la vitivinicultura aragonesa.
Aragón tiene los ingredientes del éxito, para empezar tiene un patrimonio agronómico espectacular y grandes profesionales tanto en el lado técnico como comercial. Además tiene unas cuantas variedades autóctonas como es la Garnacha y la Cariñena entre otras. Si tenemos el conocimiento y la materia prima, tenemos futuro.
¿Y defectos?
El mayor defecto en nuestra tierra es el no creernos lo que tenemos, no saber valorar nuestro trabajo y no colaborar entre nosotros para crecer. Tenemos que definir unos estilos de vino y unos modelos de negocio sostenibles donde desde el agricultor hasta el vendedor ganen dinero, tenemos que crear una red comercial internacional estable, y lo más importante, tenemos que promocionar nuestros vinos y nuestra tierra con argumentos que no estén basados en un bajo precio.
¿Qué hacemos para llegar al público joven y que se enganchen al vino?
Una muy buena pregunta, ojalá tuviese la respuesta. Es una pena que en un país como España, el consumo de vino no pare de descender. En nuestra cultura y dieta, la mediterránea, el vino es una parte básica de la misma. El vino de gama alta intimida y se necesita conocimiento para ser disfrutado, es mucho más que una bebida y por lo tanto está asociado a la cultura. El vino de gama media es un producto alcohólico social que hay que tratar como otros productos en temas de marketing, distribución y promoción. Hay que estudiar al potencial consumidor y desarrollar productos para ellos.