Te enseñamos cómo catar un vino y saber si es bueno
Fases para catar un vino
Las etapas que seguiremos en una cata de vino nos facilitarán todos los datos e información que queremos saber sobre el caldo que estemos degustando. Las características del vino influirán en su cata, pues con un vino más frío o más caliente quedará reflejada la base del mismo.
Fase visual de la cata de los vinos
Es la primera fase y es la que más influye, pues predispone al catador antes de probar el vino. Gracias a la vista sabremos si el vino es más joven o más antiguo, por su color, ya que los vinos más púrpuras son los jóvenes y los más granates son los crianza. Además sabremos la zona e incluso su variedad debido a la limpieza y al matiz. Veremos también su fluidez, su movilidad, si desprende algo, pues al moverlo sobre la copa y deja rastro, veremos que tiene la misma importancia que el color del vino en sí.
Fase olfativa de la cata de los vinos
Gracias a nuestro olfato sabremos las sensaciones que nos ofrece el vino. Pueden ser sensaciones fijas o momentáneas, por eso esta fase es quizás la más complicada de todas. Los vinos están formados, además de por uvas, por elementos y compuestos químicos que lo distorsionan, por eso pueden existir muchos componentes todavía desconocidos para nosotros. Además, los olores siempre se superponen y generan olores nuevos, así que tenemos que estar muy atentos para saber identificarlos. El olfato es un sentido mucho más variable, menos desarrollado y menos sensible que el gusto, y entre los olores que podemos identificar están: frutales, florales, especiados, vegetales, balsámicos…
Fase gustativa de la cata de los vinos
Las papilas gustativas están situados en la lengua y son ellas quienes son más sensibles a gustos específicos. Como bien sabemos existen los cuatro sabores elementales: salado, ácido, azucarado y amargo, y no se perciben al mismo tiempo ni en el mismo sitio de la lengua. El sabor que antes se nota cuando nos acercamos un vaso de vino es el dulce, sin embargo el amargo se desarrolla más lento y tiende a intensificarse a medida que tenemos el vino más tiempo en la boca, es decir, perdura una vez desechado.
Cuando tenemos claras estas tres fases para catar vino, podemos decidir si nos agrada o no el sabor del vino. Cada persona tiene su particular opinión acerca de los caldos, por lo que no podemos decir si un vino es bueno únicamente debido al catador.